¿Qué hacemos?

Realizamos EIAs, auditorías, líneas de base, y estudios específicos de casi todos los componentes del ambiente natural y del humano (simbólico o cons­truido): clima, aire, relieve, procesos geomor­fológicos, drenaje, aguas, suelos, vegetación, fauna, hábi­tats, ecosistemas, ANPs, patrimonio cultural (arqueo-paleo), percep­ción social, cosmovisión, transpor­­te, ruido, usos del suelo, calidad de vida, paisaje, infraestructu­ras. Aplicamos el “know how” usual de las cien­cias básicas para mediciones de campo (muestreos), entrevistas, encuestas, modelos matemáti­cos, análisis de riesgos, ensayos de laboratorio, pruebas estadísticas, y análisis de gabinete (taxonómicos, documenta­ción históri­ca, informa­ción geográfica, imágenes satelitales). Formulamos planes de protección ambiental y manejo social (PPA; PMAS), contin­gencias, monitoreo, fiscalización. Realizamos evaluaciones de desempe­ño en base a normas del Banco Mundial, IFC, BID, Principios de Ecuador. Nuestra trayectoria incluye casos distinti­vos y algunos de los conflictos socio-ambientales más destacados en Argen­tina (ver detalles en Anexo 2). En total, hemos realizado más de 1.200 servicios ambientales desde 1976.

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¿Por qué definimos nuestros servicios como consultoría científica?

Porque realizamos estudios aplicados con la mayor rigurosidad y fundamento teórico posibles. Incluso llevamos a cabo investigaciones para profundizar los conocimientos (ver línea 6). Esta política es por convicción y por necesidad: asesora­mos a actores sociales (gobiernos, empresas) cuyas decisiones (públicas, privadas) afectan directa­mente la disponibilidad, cantidad y calidad de los recursos naturales. Y por lo tanto su uso sustentable (o no). Por un lado debemos comprender cómo operan las leyes que gobiernan el funcionamiento de la naturaleza, y por otro discernir, explicar e investigar los efectos de las intervenciones humanas en sistemas complejos reales (naturales, modificados o mixtos). Tenemos como desafío equilibrar distintos tiempos, entre académicos y de gerenciamiento, y entre actores con diferentes intereses, usualmente en pugna. Asimismo, la propia historia del DECA se vincula a este contexto. Nuestras líneas I+D surgieron por múlti­ples motivos siendo el más relevante la detección de necesidades de investigación en el sector privado. Ello fue consecuencia de EIAs realizadas durante los 90 e inicios del 2000: restauración de ecosistemas en yaci­mientos petroleros, conservación de biodiversidad en forestaciones comercia­les, monitoreos en yacimientos mineros, sanea­miento y tratamiento de residuos en urbanizaciones e industrias.